Lavar 3 o 4 remolachas (crudas evidentemente...), cortarles el rabito de raíz y ponerlas en una fuente para horno con su piel y todo. Echar en el fondo un poquito de agua y por encima echar un buen chorro de aceite de oliva. Cocer a 180ºC hasta que estén al pinchar con un palillo empiecen a estar tiernas pero todavía muy firmes. Entonces añadir unas ramitas de romero, un chorrito de vinagre balsámico, un hilo de sirope de ágave o miel y un poquito de sal. Seguir la cocción hasta que estén tiernas del todo. Se pueden tomar así o dejarlas enfriar y cortarlas en rodajas muy finas. Una excelente guarnición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario